Soy una mujer real. De esas que ha reído fuerte, pero también ha llorado en silencio. De esas que ha sostenido a todos, menos a ella misma. De esas que un día se miró al espejo y ya no supo quién era.

 

Sé lo que es perderse en los personajes que un día creaste para sobrevivir. Sé lo que es cumplir con cada expectativa y sentirte vacía por dentro. Sé lo que es ser fuerte para todos... y frágil contigo. Pero también sé lo que es volver a casa. Volver a ti. Volver a lo simple. A lo honesto. A lo que siempre estuvo ahí, esperando por ser visto.

 

Por eso nació este espacio. Porque sé lo que se siente vivir cumpliendo con todos… menos contigo. Porque sé lo que cuesta soltar lo aprendido y atreverte a ser quien verdaderamente eres.

Hoy acompaño a mujeres y hombres a transitar sus propios procesos de reconexión, de verdad, de libertad interna.

 

No tengo respuestas mágicas. Tengo caminos reales. Caminos vividos. Caminos posibles.